miércoles, 25 de noviembre de 2009

La fibra óptica, ¿para qué sirve? (I)

En general, la fibra óptica gestiona la luz, bien para iluminar o como portadora de datos.

En esta ocasión vamos a referirnos a la primera utilidad.

En su forma más sencilla se trata de una delgada hebra de plástico, de vidrio o silicio que conduce la luz.

Suele presentarse  en uno o varios filamentos.

El grosor del filamento es comparable al grosor de un cabello humano, es decir, aproximadamente de 0,1 mm.

Una única fibra o un haz conduce la luz.

Suele estar enfundada en plástico para protegerla.

¿Para qué sirve?

En decoración la hemos visto en una especie de floreros que en lugar de flores alojan muchas de estas fibras y gracias a una fuente de luz interna, oculta a la vista, se trasmite la luz a las puntas produciendo un efecto muy curioso.
Si la/las fibras reciben luz de colores y estos cambian, el efecto es aún más espectacular.






A raíz de este modelo se fueron desarrollando otros más originales.







Seria absurdo que la única aplicación fuera la descrita, ¡ni mucho menos!

Una fibra óptica muy natural la constituye una vena de agua. Si observamos una fuente iluminada, son los chorros de agua los encargados de transmitir la luz.


Imaginamos que los inventores de  la fibra óptica artificial se basaron en el efecto transmisor de la luz del agua.





¿Qué pensaríamos si nos dijesen que nuestra casa se puede iluminar sólo con una bombilla de 100 W?

Hace unos años, en unos grandes almacenes, se presentó una maqueta con esa posibilidad y ¡funcionaba!

Para ello prepararon un robusto haz de fibras y desde el centro de la vivienda, donde se situó la bombilla de 100W, lo fueron extendiendo por toda la vivienda, oculto en el falso techo, haciéndolo entrar en el centro de cada una de las habitaciones.

Aquel montaje era inviable en la práctica, por el coste que suponía.

Sin embargo sirvió para comprobar que podía ser una propuesta no sólo para iluminar, sino para decorar y hoy en día aparecen soluciones en múltiples catálogos, basadas en la misma tecnología, pero que pretenden decorar techos, simulando cielos estrellados.





Se utiliza incluso en ascensores

También podemos utilizarla para iluminar cuadros o rincones en los que deseamos destacar algún detalle.

Hay una circunstancia muy feliz que refuerza su popularidad y que la hace apta para ser utilizada en museos donde se desea iluminar piezas muy delicadas, como joyas, tapices o cuadros.

Se trata de paliar el efecto destructor de la luz cuando ilumina persistentemente, provocado por las radiaciones infrarrojas y ultravioletas, responsables del efecto calorífico de la luz (infrarrojo) y del efecto de decoloración (ultravioleta).

El haz de luz que transmite la fibra óptica no calienta ni decolora.

Estamos hablando de luz completamente fría.

La luz que circula por la fibra óptica tiene esas dos ventajas y otra añadida.

Esta última se refiere y depende de su calidad, por ejemplo silicio frente al plástico.

Es la atenuación que viene a ser la pérdida de intensidad que se produce en las largas distancias.

Pues bien, dependiendo de la calidad, como hemos dicho, puede llegar a tener muy poca atenuación.

Hasta ahora hemos visto fibra óptica que transmite la luz de extremo a extremo, o dicho de otra forma de punta a punta.

Sin embargo existe otro tipo de fibra que se ilumina a lo largo emitiendo luz tal como se aprecia en la fotografía donde aparece una “lámpara”.




Una aplicación muy importante que no deseamos omitir y que tantas vidas salva es la aplicación médica de la fibra óptica que se manifiesta en las sondas endoscópicas.

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